Mantener el estado de bienestar social. ¿Cuáles serían las posibilidades futuras? Entrevista con Fernando de Aquino Fonseca Neto

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Por: Patricia Fachin | Traducción Mariana Szájbély | 08 Setembro 2016

Cuando se trata de discutir los rumbos de la economía y los modos de enfrentar las desigualdades sociales y la pobreza, es preciso “enfocarnos en el largo plazo”, o sea, “en un proyecto de país”, dice Fernando de Aquino Fonseca Neto en la entrevista que sigue, concedida al IHU On-line por e-mail. Para él, en medio de la crisis política y económica que el país enfrenta, “esta discusión quedó al margen”.

Entre las medidas que podrían ser adoptadas en el corto plazo, el economista defiende la reducción de los intereses de la deuda pública, qué “son exorbitantes” y comprometen “una porción inaceptable de gasto público”, y el aumento o retorno de algunos impuestos específicos, como el CPMF, para “incentivar el crecimiento y la distribución de renta”.

A pesar del déficit de las cuentas públicas, el economista afirma que es “posible” y “deseable” dar continuidad a los programas sociales, “siempre y cuando el gobierno aumente la tributación”. El aumento de los impuestos es justificable, reafirma, porque “la carga tributaria entre nosotros está muy mal distribuida. Los más ricos que residen en Brasil pagan poco impuesto y es sobre ellos que tendríamos mucho espacio para elevar la carga tributaria. Los recursos así recaudados serían suficientes para mantener el control de las cuentas públicas a lo largo del tiempo, los programas sociales y el enfrentamiento de las desigualdades y además promover medidas de incentivo al desarrollo socioeconómico del país”.

Fernando de Aquino Fonseca Neto está graduado en Economía en la Universidade Federal de Pernambuco – UFPE y es doctor en Economía de la Universidade de Brasília – UnB. Actualmente es coordinador del Departamento Económico del Banco Central en Recife, Miembro del Consejo Federal de Economía - Cofecon y del Consejo Regional de Economía de Pernambuco - Corecon-PE.

Lea aquí parte de la entrevista.

IHU On-Line - ¿Cómo evalúa la actual crisis económica brasilera? ¿La economía da señales de recuperación o todavía no?

Fernando de Aquino Fonseca Neto - es una crisis que comenzó con la retracción de las inversiones, en función de la caída de su rentabilidad, provocada por las elevaciones en el costo unitario del trabajo y por el cambio valorizado. Si no hubiera ocurrido todo esta crisis política, la crisis habría sido mucho más suave y ya estaría superada. Lo que tornó la crisis tan intensa fue la incerteza y la baja confianza derivadas de la crisis política. Los agentes redujeron el consumo, en particular de bienes durables, y las inversiones en el sector real, aumentando el desempleo y profundizando la crisis.

Toda crisis económica trae el germen de su superación. Esto ocurre porque la propia crisis va elevando el retorno de las inversiones, tanto por el aumento de su necesidad, y como consecuencia, del precio que los agentes están dispuestos a pagar por el producto, cómo por la caída en sus costos, en términos de los precios de alquiler, mano de obra y equipamientos.

Los agentes también precisan confiar que el gobierno va a encaminar adecuadamente cuestiones como la fiscal, para proporcionar estabilidad de reglas. Estas condiciones de retorno y confianza ya parecen haber acumulado fuerzas para que la economía comience a recuperarse. Los indicadores de inversiones ya señalan alguna mejora. También los indicadores de confianza revelan mejoría, ya bastante alta entre los empresarios industriales, cuyo valor, revelado por la Confederación Nacional de la Industria - CNI, alcanza los niveles del inicio del 2014.

IHU On-line - Usted afirma qué atribuye el actual déficit público a la gestión del gobierno de Dilma es una falacia. ¿Por qué se trata de una falacia y a qué atribuye el actual déficit público?

Fernando de Aquino Fonseca Neto - Hasta la profundización de la crisis política, a partir del 2015, las pérdidas de ingresos y aumento de gastos del gobierno federal no podían ser consideradas injustificables o extraordinarias. Las exoneraciones, concentradas en el sector automovilístico, sustentaron el empleo en la economía general debido al alcance de los aumentos de ventas en aquel sector sobre la activación de la mayoría de los sectores de la economía, desde toda la cadena de insumos hasta la que produce bienes de consumo para los que trabajan en esas cadenas. Los aumentos en la suma de beneficios de la seguridad social se insertaron en la política de reducción de las desigualdades en uno de los países de renta más concentrada del planeta. Los gastos con crédito a largo plazo, a través del BNDES, de hecho podrían haber sido más eficientes, en el sentido de conseguir mejores resultados de sectores estratégicos para el desarrollo socioeconómico.

Dentro de todos estos factores, el más importante son sus efectos en la deuda pública en relación al PBI, y ese indicador no presentó tendencia de crecimiento hasta el 2014. A partir del 2015, la retracción de la actividad económica de la que hable es la que causará la caída en la recaudación y en el propio PBI, llevando a que la relación deuda pública - PBI presente valores crecientes.

IHU On-Line - ¿Cómo debe lidiar el Estado con el actual déficit público? ¿Es posible revertirlo? ¿De qué modo?

Fernando de Aquino Fonseca Neto - Los ingresos públicos dependen mucho de la actividad económica, mientras que el gasto está muy atado en el corto plazo. Parte de la reversión ya vendrá naturalmente, como consecuencia de la reactivación de la actividad económica. Por el lado del gasto, los salarios, beneficios de la seguridad social, y programas sociales pueden ser alterados solo gradualmente a lo largo del tiempo, lo que no significa que deban ser reducidos o crecer menos que el PBI. Los intereses de la deuda pública son exorbitantes, comprometiendo una porción inaceptable del gasto público. Deberían ser reducidos, pues no hay motivos para ser mantenidos en niveles mucho mayores que los practicados en países en condiciones similares a las de Brasil. No existe esa situación de que sería la tasa mínima aceptada por el mercado para comprar los títulos públicos. En Brasil, la tasa básica de intereses está establecida por el Banco Central para compatibilizar la demanda en el sector real con la capacidad productiva de la economía, además de que otro mix de instrumentos podría viabilizar tasas mucho menores.

Por último, el gobierno se debería empeñar en viabilizar niveles menores de tasas de interés. Algunos impuestos específicos, como el Impuesto a la Renta sobre lucros y dividendos y la CPMF, también serían recomendables. Igualmente, aunque no fueran necesarios para revertir el déficit público, serían saludables para incentivar el crecimiento y la distribución de renta.

IHU On-Line - ¿Es posible dar continuidad a los programas sociales y al enfrentamiento de las desigualdades en este momento de crisis económica y de déficit en las cuentas públicas? ¿Cómo vislumbrar que estas políticas puedan ser desarrolladas en esta coyuntura?

Fernando de Aquino Fonseca Neto - Plenamente posible y también deseable, mientras que el Gobierno aumente la tributación. Diciéndolo así, parece una idea muy antipática, digna de fuerte rechazo. A nadie le gusta pagar impuestos y además se dice que Brasil mantiene una carga tributaria excesiva. En verdad, muchos países, para mantener un estado de bienestar social que consideran satisfactorio, tienen carga tributaria mayor que la de Brasil.

Igualmente, la carga tributaria entre nosotros está muy mal distribuida. Los más ricos que residen en Brasil pagan poco impuesto y es sobre ellos que tendríamos mucho espacio para elevar la carga tributaria. Los recursos así recaudados serían suficientes para mantener el control de las cuentas públicas a lo largo del tiempo, los programas sociales y el enfrentamiento de las desigualdades y además promover medidas de incentivo al desarrollo socioeconómico del país.

• La entrevista completa, en portugués, puede ser leída a continuación

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