Por: João Flores da Cunha | Traducción: Mariana Szájbély | 09 Novembro 2016
MANAGUA: En un pleito denunciado por la oposición como “farsa electoral”, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue reelecto para el cargo con poco más del 72% de los votos el último domingo (6/11). Ortega fue electo por cuarta vez, y con un tercer mandato consecutivo. Su esposa, Rosario Murillo, será la vicepresidente, lo que hace de ella la principal candidata a la sucesión de Ortega y abre el camino para la concentración de poder en torno a su familia.
No hubo sorpresa en la victoria de Ortega: su reelección era ampliamente esperada desde julio de este año, cuando una serie de maniobras del Consejo Supremo Electoral - CSE impidió la participación de la oposición en el proceso electoral. Tampoco sorprendió el margen de la victoria: las encuestas realizadas antes del pleito ya señalaban una votación de cerca del 70% para la lista Ortega-Murillo.
El día de la votación fue marcado por la tranquilidad. Descartando la duda sobre el vencedor de la elección, la única disputa giró en torno a los índices de abstención. Sin poder presentar un candidato, la oposición incentivó a sus seguidores a no presentarse a las urnas, y afirmó que la abstención superó el 70%. Por otro lado, el presidente del Tribunal Electoral, ligado a Ortega, declaró que la participación de los electores fue del 65%.
En junio, la Suprema Corte de Nicaragua había retirado a Eduardo Montealegre - quién salió segundo en las elecciones del 2011 - del liderazgo del Partido Liberal Independiente - PLI, lo que le impidió disputar las elecciones de este año. El político señalado por el tribunal para sustituirlo, que está ligado al gobierno, provocó la pérdida del mandato de 16 diputados opositores, lo que dejó a los sectores contrarios a Ortega sin representación parlamentaria. Desde entonces, Nicaragua es efectivamente un país de partido único, el Frente Sandinista de Liberación Nacional - FSLN al cual pertenece Ortega.
El candidato que salió segundo en la elección de este domingo fue Maximino Rodríguez, quién tuvo el 14% de los votos. Más allá de no permitir que los opositores se presentaran a las elecciones, Ortega tampoco permitió la presencia de observadores internacionales en el país.
Los analistas señalan que, con una reelección más del presidente, y con Rosario Murillo en la vicepresidencia, hay riesgos de que la familia Ortega se perpetúe en el poder - lo que sería una repetición del pasado para Nicaragua. Ortega gano prominencia como un ex guerrillero sandinista que fue uno de los líderes de la revolución que acabó con la dictadura de la familia Somoza - que se mantuvo en el poder entre 1936 y 1979.
Presidente entre 1979 y 1990, en un primer período, y desde 2007 hasta ahora, Ortega, que está por cumplir 71 años, fue reelecto por un mandato de 5 años. El ex guerrillero actuó para que la Constitución fuera alterada y los límites a la reelección indefinida fueran retirados. Por este motivo, es llamado “presidente inconstitucional” por la prensa contraria a él.
El principal sostenedor de Ortega en el plano internacional es Venezuela, que realizó fuertes inversiones en Nicaragua en la última década - desde la vuelta del sandinista al poder- y la ve como un aliado estratégico. El presidente del país, Nicolás Maduro, celebro en Twitter la reelección de Ortega, tratándola como una “victoria de la Patria Grande”.
Victoria de la Patria Grande en Nicaragua...Felicitaciones Este endereço de email está sendo protegido de spambots. Você precisa do JavaScript ativado para vê-lo. Abrazo con Chávez de todo nuestro Pueblo..Que Viva Bolívar y Sandino pic.twitter.com/i4MN0RAcVN
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 7 de novembro de 2016
La crisis económica y política venezolana, mientras tanto, marca un cambio de rumbo para Nicaragua, con un probable fin de las inversiones. El país ha vivido una relativa estabilidad en los últimos años - a pesar del vaciamiento de su democracia-, con crecimiento económico y reducción de pobreza. Los índices de violencia de Nicaragua, aunque altos, son significativamente menores que los de los otros países de América Central, como Honduras y El Salvador.
De hecho, muchos analistas creen qué Ortega tendría popularidad suficiente para vencer elecciones democráticas. Como especuló el periodista Carlos F. Chamorro en un artículo reciente para el diario estadounidense The New York Times, el cerco a la democracia realizado por Ortega puede tener su base en el temor de que, con la reducción o el fin de la inversión venezolana, se aproxima un “tiempo de vacas flacas”.
Además del fin de la ayuda de Venezuela, Nicaragua también puede ver reducidos las inversiones venidas de Estados Unidos: la Cámara de Diputados de ese país aprobó un paquete de sanciones a Nicaragua, atribuido al deterioro de la democracia en el país centroamericano. El proyecto está ahora en el Senado y, si es convertido en ley, puede acarrear fuertes perjuicios a la economía nicaragüense.
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Nicaragua. Reelecto, Ortega abre el camino para la permanencia de su familia en el poder - Instituto Humanitas Unisinos - IHU