Por: Lara Ely | Tradução: Juan Hermida | 26 Outubro 2017
Un grupo de especialistas internacionales convocados por la Justicia chilena, concluyó la semana pasada, que el poeta y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda no murió debido a un cáncer, como consta en su certificado de defunción, poco después del golpe militar de 1973. El Nobel de Literatura murió en una clínica de la capital chilena en 23 de setiembre de 1973, 12 días después del golpe de estado de Augusto Pinochet.
Según la versión oficial, el escritor político comunista murió debido al agravamiento del cáncer de próstata que sufría cuando todo estaba pronto para facilitar su salida al exilio en México. “Es 100% verdadero que el certificado de defunción no refleja la realidad del fallecimiento”, afirmó el médico Aurelio Luna en conferencia de prensa.
Un simposio con especialistas de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España y Chile buscó confirmar o excluir la hipótesis de que existió una intoxicación voluntaria y deliberada para matar al autor mediante la administración de gérmenes o toxinas bacterianas, explicaron los expertos en la apertura del panel.
A pesar de las dudas generadas por su muerte repentina, fue necesario esperar cuatro décadas para que la versión del asesinato ganase fuerza. Eso sucedió en 2011, con la publicación de declaraciones del chofer y asistente personal de Neruda, Manuel Araya, que afirmó que el poeta enloqueció después que le aplicaron una inyección en el abdomen.
El juez del caso, Mario Carroza, que recibió el último viernes, 20/10/17, el informe de los especialistas, y es el encargado de evaluar los pasos a ser seguidos en la investigación. Él ordenó en abril de 2013 una nueva exhumación del cuerpo del escritor, para dilucidar si el régimen de Pinochet, que provocó más de 3.200 muertes, eliminó también la vida del escritor.
Reportaje publicada anteriormente en la página web IHU On-Line hace una analogía entre la muerte del ex presidente brasileño Joáo Goulart y la del poeta chileno, investigando como los hechos fueron comprendidos en medio a un escenario de dictadura y de represión militar. El texto trae el siguiente cuestionamiento:
“La operación Cóndor envenenó João Goulart y Pablo Neruda? Faltan informaciones para responder de forma categórica a esa pregunta, que prácticamente nadie se hacía hace 10 años, pero que comenzó a ganar consistencia con la exhumación del cuerpo del poeta chileno hace dos meses y la exhumación que se realizará próximamente de los restos del ex presidente brasileño, fallecido en Argentina cuando estaba en la mira de las dictaduras de Jorge Videla y de sus colegas, Ernesto Geisel, en Brasil, y Aparicio Méndez en Uruguay, mancomunados en la red terrorista Cóndor.
El otrora inodoro e invisible rastro de las armas químicas que habrían sido empleadas para eliminar al enemigo de los regímenes de hecho, ahora comienzan a ganar “alguna forma, todavía medio nebulosa, pero que nosotros vamos investigar a fondo”, declaró Nadine Borges, integrante de la Comisión de la Verdad, creada por la presidente Dilma Rousseff, que tiene entre sus prioridades esclarecer como murió y, eventualmente, quien mató Goulart.