12 Mai 2016
"El conmovedor testimonio público brindado ayer en Radio Progreso por su madre, Silvia Castillo, una ejemplar profesora con mucha formación universitaria y práctica progresista, fue más que claro: el asesinato de mi hijo es político", escribe Rodolfo Cortés Calderón, ingeniero agrónomo hondureño.
El artículo abajo.
El 1 de mayo de 2016 fue asesinado el joven Tomás Enrique García Castillo, 36, por elementos pertenecientes a la (in)seguridad del Estado de Honduras representado por criminales de las policías Civil y Militar. Fue un ciudadano consciente, comprometido y fiel con la lucha de Resistencia, viendo la misma como un proyecto de lucha social del pueblo y no como una simple lucha electorera como sucede con los politiqueros. Por su talento y responsabilidad política siempre fue considerado como parte de la seguridad de la Resistencia.
El conmovedor testimonio público brindado ayer en Radio Progreso por su madre, Silvia Castillo, una ejemplar profesora con mucha formación universitaria y práctica progresista, fue más que claro: el asesinato de mi hijo es político, fueron organismos del Estado represor quienes lo asesinaron y pone al Gobierno de JOH entre la espada y la pared, porque el joven García Castillo disponía de medidas cautelares otorgadas por la CIDH a solicitud del COFADEH.
Ante el enorme riesgo que sufría, el COFADEH le propuso en un momento que saliera del país, pero él siendo un luchador social incansable le respondió que no tenía interés en salir a hacer “turismo revolucionario”. El testimonio escrito que firmó ante el COFADEH la primera vez cuando pidió protección a su vida muestra sus enormes virtudes patrióticas, revolucionarias y solidarias.
Según su madre, al joven lo vincularon con la quema de la sede del partido Nacional sucedido el 1 de mayo pasado en Tegucigalpa, aunque fue un perseguido político desde el golpe de Estado del 2009 y aprovecharon esta circunstancia para implicarlo y asesinarlo.
A partir del lunes 2 de mayo y ante su ausencia empezaron a buscarlo sin ningún resultado, pero por casualidad su madre vio el martes 3 en un periódico capitalino una foto de unos jóvenes que eran perseguidos por la policía, identificando a su hijo por las ropas. Su hijo mayor fue a la morgue con la fotografía y le negaron información sobre el cuerpo. Pero el jueves 05 ella se apersonó a la morgue y un empleado muy atento le confirmó lo pensado, dando con el cadáver congelado de su hijo. Las autoridades le entregaron el cadáver pero le prohibieron verlo con detalle, además que según ella le entregaron sellada el ataúd.
Al Gobierno de Honduras parece que le estorba la juventud luchadora y la gente defensora de los bienes naturales. Los casos más recientes son la represión y captura la semana pasada de varios jóvenes colegiales de la Costa Norte que desde hace 15 días tienen emplazado al terco y represor ministro de Educación, pero también la gaseada y golpeada que dieron estos mismos peones de la seguridad del Gobierno a centenares de manifestantes, hombres, jóvenes, mujeres y niños del COPINH que ayer se plantaron frente a la Casa Presidencial exigiendo el castigo para los asesinos de “cuello blanco” de la cúpula empresarial, política y gubernamental que pagaron, según se dice medio millión de Lempiras, por el asesinato de Berta Isabel Cáceres Flores y exigen además la expulsión de DESA y todas las empresas extractivistas del territorio nacional.
A su oscuro currículum, la Presidenta del Partido Nacional de Honduras, Gladis Aurora López, además del asesinato de Berta sumará el de Tomás Enrique García Castillo.