Es importante fortalecer la agroecología en el semiárido, porque la mitad de los agricultores brasileros está en la región”, dice la coordinadora ejecutiva e la Articulación Semiárido Brasilero – ASA.

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En la última década, la instalación de cisternas que permiten la captación del agua de la lluvia garantió que 85 mil familias del semiárido pasaron no solamente a tener acceso al agua para el consumo humano, sino que pudiesen producir sus propios alimentos. “El agua utilizada para la producción de alimentos está transformando el paisaje del semiárido”, dice Glória Araújo a IHU On-Line. Antes de iniciativas como esta, que fueron desenvolvidas a través del Programa Un Millón de Cisternas, “la realidad de las familias agricultoras del semiárido brasilero era marcada por las dificultades del acceso al agua. Esas familias, principalmente las mujeres y los niños, caminaban más de seis kilómetros para buscar agua en grandes propiedades”, recuerda.

De acuerdo con la coordinadora ejecutiva de la Articulación Semiárido Brasilero – ASA por el estado de Paraíba, entre los cambios que han llamado la atención en los últimos años en el semiárido, se descaca la caída en los procesos migratórios del campo para la ciudad. “En el Nordese hubo inclusive un retorno al campo justamente porque las personas pasaron a tener agua. Mismo en un período de sequía no hubo una migración brusca del campo para la ciudad”, informa. A pesar de los avances de los último años, señala, “es preciso implementar políticas públicas para la población del campo, porque no podemos eludirnos pensando que solamente las cisternas resuleven todos los problemas del semiárido.”

En la entrevista a continuación, Glória comenta todavía algunas de los principales cambios que ha evidenciado en la región en la última década, con destaque para el desenvolvimiento de la producción agroecológica, a través del cultivo de semillas locales, que envuelve 12.800 familias. “Hicimos un mapa de las semillas que se están conservando, diversificando y usando para la agricultura familiar y llegamos a identificar que el patrimonio genético del semiárido es fantástico. Este trabajo de valorización de las semillas locales es algo importante para que el semiárido sea dinámico y para que las poblaciones campesinas puedan vivir mejor. En este sentido, agua, semillas y tierra son cuestiones fundamentales”, puntúa.

Glória Araújo es coordinadora ejecutiva de la Articulación Semiárido Brasilero – ASA por el estado de Paraíba.

Lea aquí parte de la entrevista. 

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IHU On-Line – ¿Cúal ha sido el impacto del programa de cisternas en la trasnformación del semiárido? ¿Puede presentarnos un balance de cúal era la situación del semiárido antes de la implantación de las cisternas y cómo esta realidad cambió?

Glória Araújo - Antes de este programa la realidad de las familias agricultoras del semiárido brasilero era marcada por la dificultad del acceso al agua. Esas familias, principalmente las mujeres y los ninõs, caminaban más de seis kilómetros para buscar agua en grandes propiedades. A partir de la concreción de este programa, cuando la Articulación Semiárido Brasilero – ASA presentó la propuesta de instalación de las cisternas para la sociedad y para el gobierno con la finalidad de atender a las poblaciones difusas del semiárido, esas familias pasaron a ser beneficiadas por el Programa 1 millón de Cisternas y pasaron a tener, al lado de la casa, acceso al agua de calidad. Las cisternas tinen capacidad del almacenar 16 ml litros de agua y pueden atender una familia de hasta cinco personas durante un período prolongado de sequía. Los últimos seis años fueron un período de violento proceso de sequía, y muchas veces no llovió suficiente para abastecer las cisternas, pero igualmente así las familias tuvieron acceso al agua en casa, algo que antes no tenían.

Además del agua para el consumo humano, desde 2007 estamos trabajando para que las personas tengan acceso al agua para la producción de alimentos: trabajamos con cisternas con capacidad para 52 mil litros de agua, que son construídas en el corral de las casas y que los han transformado en locales de producción de alimento. Las mujeres tienen un rol importante en esta actividad, porque ahora no solamente producen sus plantas medicinales, como también reproducen sus semillas y ciran aves. En este sentido, el agua utilizada para la produccion de alimentos viene trasformando el paisaje del semiárido. Hoy en día, ya fueron hechas cerca de 800 mil cisternas por la ASA y también por otras organizaciones y por el gobierno del Estado, que ha incorporado la tecnología de cisternas de placas de ASA. Así es como, cerca de 85 mil familias del semiárido ya tienen acceso al agua para la producción de alimento y eso está transformando la vida de las personas, porque ahora ellas no solamente tienen agua para consumir, sino también para producir alimentos.

También desenvolvimos junto a los agricultores un trabajo de gestión del agua para el consumo y para la producción de alimentos. Esto produjo impactos increíbles en la vida de las personas no solamente porque ellas pasaron a tener acceso al agua, sino porque consiguen producir una diversidad de alimentos sin el uso de agrotóxicos. Esos alimentos pasan a ser consumidos por las familias y, mismo en momentos de sequía, ellas han conseguido vender sus alimentos en el mercado de la comunidad o en las ferias locales, además de tener una asociación con el Programa Nacional de Alimentación Escolar. Llama la atención que, mismo en el período de seca, en 2014 fueron organizadas cuatro ferias, que ofrecieron productos agroecológicos producidos por las familias.

• La entrevista completa, en portugués, puede ser leída a continuación.