19 Agosto 2017
"La Compañía Central Romana ocupa el 70 % de la tierra de la provincia"
La población de la provincia de El Seybo, al Este de República Dominicana, muy cerca de los complejos turísticos de Bávaro y Punta Cana, está consternada por los brutales desalojos ocurridos en estos días. La Compañía Central Romana, que ocupa el 70 % de la tierra de la provincia, extiende cada día sus plantaciones de caña de azúcar. Su fuerte poder económico y consentimiento gubernamental es tal que sus acciones parecen normales pues desde hace más de 40 años gozan de total impunidad ante la justicia.
El reportaje es publicado por Dominicos, 17-08-2017.
La pesadilla que siguen viviendo las sesenta familias el barrio de Villa Guerrero de Santa Cruz de El Seybo durante la madrugada del pasado 26 de enero, a raíz del terror sembrado por los agentes del Central Romana, la comparte con las familias de Los Cajuilitos quienes también fueron víctimas de tan brutales acciones y ahora viven con el alma en un hilo, sin poder dormir, por el miedo de que en la madrugada más tranquila se aparezcan los guardias campestres de la Compañía para tumbar sus casas.
Las lágrimas amargas de la caña de azúcar
Nos conmovieron profundamente las lágrimas de Claribel y Morena cuando relataban en los micrófonos de Radio Seybo lo ocurrido durante la noche de los brutales desalojos en Santa Cruz de El Seybo por parte de la Compañía Central Romana. Las lágrimas bañaron el silencio y las palabras entrecortadas se escucharon en todas las emisoras de la Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA) y de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER).
La Familia Dominica, Acción Verapaz, la Escuela El Rosario, ALER, UDECA y Radio Seybo junto a tantas personas e instituciones de buena voluntad denunciamos a la luz del día la cobardía de aquella noche. Queremos ser eco del grito que lanzó hace 500 años Fray Antonio de Montesinos el cual resuena aún en nuestros días: "Todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. ¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos?
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque a las 3 de la madrugada llegaron las armas acompañadas de muchos hombres ordenados por la mala voluntad de la Compañía Central Romana para tumbar en segundos 60 casas. Estas humildes moradas fueron construidas con el sudor de las mujeres lavando y planchando ropa y de los hombres echando días en el campo y en la construcción.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque estas 60 familias llevaban viviendo casi dos años en una tierra que sólo le pertenece a Dios y en unos segundos la cobardía del Central Romana rompió el silencio de la noche provocando los llantos de las niñas y niños que se quedaron cobijados bajo el frío manto de las estrellas y destemplados por la fría agua de la lluvia del cielo que lloró de impotencia.
A la luz del día denunciamos la cobardía de la noche
Porque el Buen Vivir que proclama Radio Seybo y todas las emisoras de UDECA y ALER es contrario al Vivir Bien a costa de los otros despojándoles de lo que les pertenece desde muchas generaciones. La tierra fue entregada por Dios para que la cuidásemos, la sembráramos y recogiésemos sus frutos. Nos la dio sin límites ni fronteras como un Bien Común de y para todas las personas.
Denunciamos a la luz del día la cobardía de la noche porque de forma vil y cobarde fueron salvajemente conculcados los derechos fundamentales y mancillada la dignidad de estas familias en el día del padre de la dominicanidad. Fue una afrenta a Juan Pablo Duarte que en su día, en el día donde se izan miles de banderas gloriosas de la independencia y de la soberanía nacional, la indolente Compañía Central Romana apuntó con sus escopetas "con el dedo en el gatillo" a las niñas y niños helándoles su bella sonrisa e infundiendo el terror más cruel que les ha quedado grabado en sus corazones y ahora dibujan en la escuela con colores tristes.
La luz de la verdad y la justicia brillará y ganará a la indiferencia y la falta de valores de la Compañía Central Romana y de quienes la apoyan. Abuelos, jóvenes y niños visten de negro, simbolizando el luto, gritando respeto por las calles y los micrófonos de América Latina y El Caribe. La sagrada madre tierra pide justicia exigiendo a quienes endulzan sus cuentas bancarias con el sudor amargo de la caña de azúcar restituyan pronto el terreno robado a varias generaciones.
"Somos pobres en todo el sentido de la palabra", "ya está bueno que los pobres nos quedemos callados", "si desmayamos, los abusos van a continuar", "no podemos dejar que se nos olvide. No nos quedemos callados ante esta sangrante y amarga realidad. De otra forma todos somos cómplices al consumir el azúcar de la humillación y la ignominia.
Firmado por:
Familia Dominica, Acción Verapaz, Radio Seybo, Asociación Acción Verapaz, la Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA), la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), la Escuela El Rosario, la Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, las Parroquias Santa Cruz y San Juan Bautista y el Comité de los Derechos Humanos.
Mujer desalojada por el Central Romana es reconocida Madre ejemplar de la provincia de El Seybo
Claribel Álvarez recibió la distinción de "Madre ejemplar de la provincia de El Seybo" de manos de la Primera Dama Cándida Montilla de Medina. Esta noticia pasaría desapercibida si no fuera porque Claribel fue una de las madres desalojadas brutalmente junto a sus hijos por la abusadora Compañía Central Romana.
La Primera Dama, en el acto de premiación, citó las palabras del Papa Francisco: "las madres son el antídoto más fuerte ante la difusión del individualismo egoísta el cual no se entrega, no se divide. En cambio, la madre se divide desde el momento en que acoge a un hijo para darlo al mundo y criarlo".
En la Familia Dominica, Acción Verapaz, Radio Seybo, la Asociación Acción Verapaz, la Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA), la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), la Escuela El Rosario, la Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, las Parroquias Santa Cruz y San Juan Bautista y el Comité de los Derechos Humanos, creemos que es justo reconocer a una madre, en nombre de todas las madres, por el amor sin límites a su familia. Es necesario ensalzar las virtudes de una madre en una sociedad donde todavía es discriminada por multitud de razones sin fundamento. Es vital proteger a la madre de las acciones violentas que en ocasiones terminan con su vida.
Pero creemos que lo más importante es denunciar a la luz del día la cobardía de aquella noche de la dominicanidad en la que los guardia-campestres de la diabólica Central Romana troncharon los sueños de tantas madres, niñas y niños que se encontraron de frente con las armas que vigilan la caña de azúcar. Todavía hoy, después de 6 meses, las 80 familias desalojadas siguen sufriendo no sólo el trauma de aquella terrible noche sino las penurias del desarraigo, el hambre y el miedo. Nadie se ha pronunciado públicamente: ni los intocables e impunes fariseos del Central Romana ni las autoridades políticas demasiado preocupadas en el conteo de los votos de tantas personas empobrecidas inundadas de promesas en las pasadas elecciones de mayo.
Caminando en estos días por el lugar donde vivían plácidamente las familias me encontré con un tractor que estaba arando el terreno supervisado por agentes del Central Romana. Les mostré un zapato de niña que encontré allí olvidado aquella noche por la prisa de las armas sobando sus gatillos que violaron el silencio y el sueño sagrado preñado de sueños de esperanza. Este zapato es fruto de lo que hicieron, ¿se recuerdan? - Nosotros no sabemos nada -, dijeron, pero sin valentía de mirar de frente y con los ojos perdidos hacia la tierra que clama justicia contra sus mismos hermanos.
El azúcar de la innombrable Central Romana sigue endulzando las cuentas de sus invisibles dueños que son rociados con el agua bendita de las Iglesias, pero sumiendo en profunda amargura a tantas personas como Claribel que en la felicidad de este reconocimiento del Estado Dominicano aún sufre el martilleante eco de los gritos sordos de aquella noche.
La denuncia presentada a la Relatora Especial para la vivienda adecuada en Naciones Unidas de Ginebra ha sido acogida con especial interés gracias a la tenacidad de Fr. Mike Deeb y Laurence Blattmer. En el Palacio de Justicia local se rechazó la querella porque debían figurar nombres concretos. Así las cosas, no se ha conseguido que el Central Romana se pronuncie, vaya a la justicia o repare los daños físicos y psicológicos causados sobre todo a niñas y niños que todavía hoy día sufren las secuelas de aquella noche de la dominicanidad.
En Santa Cruz de El Seybo, Pueblo del Milenio de las Naciones Unidas en República Dominicana, no sólo no se han cumplido alguno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio diseñados hasta el año pasado, sino que es cuna y caldo de cultivo de las violaciones más patentes en la isla por una Compañía que recibe el agua bendita de las Iglesias y la complicidad de todos los Gobiernos. Mientras tanto, la impune Central Romana sigue sosteniendo las fiestas patronales de la Santísima Cruz a costa de mantener arrodillado al campesinado de la región oriental del país que no tiene ninguna de las tres T que proclama el Papa Francisco: tierra, techo y trabajo.
La única opción cristiana es estar en la misma lucha que las ultrajadas familias y en contra del Centra Romana. No se puede estar compartiendo con quienes tienen las manos manchadas con las lágrimas y la sangre de los preferidos de Jesús. En el momento que se dé cierta relación con los potentados que amasaron su fortuna a costa del sudor mal pagado de tantas personas humildes se es cómplice de su gestión, se está de su lado, se bendice su actuación, se da la espalda a las personas que sufren sus abusos, se llega a formar parte del sistema neoliberal donde sólo importa el capital por encima de la dignidad de la persona.
Firmado por:
Familia Dominica, Acción Verapaz, Radio Seybo, Asociación Acción Verapaz, la Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA), la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), la Escuela El Rosario, la Diócesis Nuestra Señora de la Altagracia, las Parroquias Santa Cruz y San Juan Bautista y el Comité de los Derechos Humanos.
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República Dominicana. Las lágrimas amargas de la caña de azúcar - Instituto Humanitas Unisinos - IHU